ANUDAN EL CABO DE UNA CEREZA CON LA LENGUA

22 ago 2012

CHOCOLATE





Mi corazón no puede dormir,
se baja de mi pecho,
se estruja las manos
en sus calzones de varón.
Con sus manitos de varón
tantea los pasillos de la casa.
Con sus piernitas de varón
se trepa a la alacena y busca el tarro.
Mi corazón necesita chocolate.
Ven aquí, pequeño monstruo mío,
envuelto en tus papeles plateados.
(Si quiero vivir no tengo que verte).

Te ayudo a trepar y a subir y te coloco
cuidadosamente en mi costado,
donde nos condenaron a esta convivencia.
Mi corazón me mira antes de acostarse,
de volver a su hueco donde siempre es de noche,
de volver a la noche donde hace su trabajo.
El trabajo de mi corazón es darme cuerda
con sus deditos aplicados de varón.
Duermo con un varón desde que fui concebida,
antes de tener nombre, de ponerme un vestido.
Le pido que sea hombre y no se baje de mí.
Ven aquí, pequeño monstruo mío,
ni se te ocurra descorazonarme.
Junto hebras de coraje para no perderte,
me aferro a tus promesas en la oscuridad.
Pero mi corazón no habla,
no puede decirme nada,
son otros los que me hablan de amor.
(El amor es la historia del amor que me han contado).

Para que no me deje,
tendré que convertirme en chocolate.
Para que no se salga de lugar, insomne,
tendré que ser el tarro en la cocina
cargado de tentación y de consuelo,
envolverme en mis papeles plateados,
olvidarme de su funcionamiento,
deshacerme en su boca para sobrevivir.






Imagen: Henri Privat-Livemont, poster para Biscuits & Chocolat Delacre, 1896.



15 ago 2012

El día que me ames





El día que me ames no ofrecerás tu vida por la mía.
No me prometerás amor eterno.
No jurarás donarme un órgano en caso de emergencia.
No me dirás que sin mí no sos nada
(si es así, me voy ya).
El día que me ames no me dedicarás un libro.
No me dirás: "mañana, en la batalla, piensa en mí"
(debo pensar en mí para salir ilesa,
porque este cuerpo es lo único que tengo).
No me sorprenderás con entradas para un concierto.
No concretarás un plan.
El día que me ames no tendremos sexo.
Quizás el día antes, quizás el día después.
Pero ese día, no.
Amar es una colección de pequeños gestos.
Algún día sabremos bajarnos de la cama,
vivir para acostarnos boca arriba
en el piso de todas las casas,
en el piso de todas las ciudades,
sin ver el cielo que nos contaremos,
sin decir palabras que ya no hagan falta,
algún día sabremos hacernos compañía.  




Foto: Eternal sunshine of the spotless mind (Michel Gondry, 2004).