Hartas de las vaginas televisivas de peluche que nos recuerdan a los Muppets y hacen retroceder espantado nuestro Punto G. Hartas de la soporífera Barbie y su noviecito Ken exasperantemente planchado y al que ciertamente le faltan varios caramelos en el frasco. Hartas de la imbecilidad irreversible a las que nos someten Cosmopolitan y sus hijas bastardas. Hartas de las vedettongas que simulan transgresión pero no se animan al hardcore. Hartas de las que solo se atreven al desnudo "si es una producción cuidada" (cuando lo cuidado es, precisamente, lo que nos duerme el clítoris). Hartas de las que trepan haciendo uso de los recursos femeninos más previsibiles y grotescos.
Hartas, en fin, de la falta de naturalidad, recurrimos a los ojos de Cassandra y Cassandra montó su gabinete de consultas en Babilonia. Responde de espaldas y, cuando no le creen, se baja los lienzos, así, y da por concluida la sesión. Porque está harta, harta de que la tomen por loca desde los tiempos de la antigua Grecia.
Las consultas femeninas, masculinas o así ("uns masculinos, uns femininos, uns assim", dijo el inagotable Caetano) pueden dirigirse directamente a este blog o a morganlefay@live.com.ar. Se promete estricta reserva de identidad y se agradece la invención de un alter ego. Se agradecen las invenciones, sin ir más lejos.
Srta. Rosa China ha sido la primera en requerir los servicios clarividentes de Cassandra con dos tópicos tan meneados como la portentosa verga de Rocco Siffredi. A Rocco le tenemos simpatía y, especialmente, a la madre de Rocco, que está tremendamente orgullosa de su hijo. No es para menos. Y ni nos queremos imaginar al padre, gritando el nefasto"¡hijo de tigre!" con la ñata pegada contra el vidrio de la nursery.
Sin embargo, consideramos que la Edad Siffredi, con su machismo de opereta coronado por tremebundos escupitajos de ocasión, ha quedado atrás (no olvidemos el Mayo Francés y a nuestra querida Judith Butler) y abogamos por la continuidad del porno donde las chicas empuñen no solo la pistola, sino la cámara.
Con ustedes, de espaldas y con los jeans a la cintura (por ahora), nuestra Cassandra.
Srta. Rosa China: ¿Cuál es la importancia de la longitud del falo en la provocación de placer sexual? ¿Si es corto se queda corto y si es largo vemos a Dios?
Cassandra: Oh, aguas del torrente Castalia, bañen mi boca y laven los engaños que pretenden imponerme cual cerrojos. Pesquiso el vuelo de los aves migratorias y las entrañas de un humilde cordero que jamás debió ser sacrificado.
He visto a los atletas olímpicos medir sus papirolas en los bosques de Atenas, cual jugadores de Atlanta en el vestuario. Por los piedras que todo lo han visto en el santuario de Delfos, respóndeme, Rosa China, qué te provoca más placer:
¿la lectura de un haiku o de la Divina Comedia?
¿la escucha del inconcluso Arte de la Fuga que asediaba a Bach o la ininterrumpida inmersión en las 32 sonatas para piano de Beethoven?
¿la contemplación de un mural de David Siqueiros o de un pequeño autoretrato de Frida Khalo?
¿el uso de tus botas de vertiginosa caña alta o de tus zapatitos de delicado taco chupete?
¿el soberbio foulard que ahorcó a Isadora Duncan o el minúsculo pañuelo que seca tus lágrimas?
Asimismo, querida mía, recuerda quién venció a quién en la lucha entre David y Goliath.
¿Comprendes, Rosa China, lo que quiero decirte?
Srta. Rosa China: Intento seducir a mi novio, pero no me sale. He tomado cursos de strip-tease y adquirido disfraces de mucamita, enfermera y colegiala en diversos sex-shops. Y no hay caso.
Cassandra: Oh, por Apolo que pidió mi carne a cambio del don de la profecía. Contemplo el movimiento de las llamas que me dicen: "cursos, no, te lo pido, no". Te cobran matrícula y arancel y egresás cual marioneta y clon patético de la profesora de turno (que con algún rebusque tiene que ganarse el pan). Tamaños disfraces están out. Atiborran el guardarropa del imaginario masculino, por Hécubo y por Príamo y todos mis antecesores en estado hot.
Srta. Rosa China, juega a solas con tu cuerpo, imaginando que eres la mujer pantera que filmó Jacques Tourneur. Y si no te alcanza, haz feliz a los hados y mira a Dita partiéndola en el burlesque, a nuestra suprema (con papas) Dita von Teese.
La respuesta de Cassandra, además de la belleza de su espalda, y lo que se sigue después, es simplemente apoteótica, para aquellos que portamos diminutos falos, que la implacable Nina ha descripto muy bien por ahí.
ResponderEliminar¿Haiku o Divina Comedia? No me quedan dudas, Haiku. Aunque admito que también, amo el Quijote. Abrazo absoluto
Cassandra: Este soy otro yo, un yo un poco más enfermo. Y necesito saber cuan enfermo estoy por desear ver a mi chica masticada por un hombre superpoderoso. Qué me pasa? Por qué tengo esos deseos? Ese deseo, es pasible de condena infernal?
ResponderEliminarComo dijo mi otro yo, me encanta tu espalda, y lo que se sigue después...
Grandioso!
ResponderEliminarUn beso enorme...
PS. Prometo versos al respecto
ResponderEliminaridem bssss
que bonitos jeans, tiene Casandra. casi igual tus letras procelosas.
ResponderEliminarsuaves besos.
Haiku y Divina Comedia en mi cabeza pueden tener la misma profundidad,aunque no longitud. Quiza es una idea remanida pero prefiero caminar una cuadra en total extasis y no kilometros sin que pase nah..besos
ResponderEliminarEstoy un poco confundida..yo sueño a veces que soy un hombre muy feo, y ataco mujeres que amo. Luego discuto con amigos que afirman que si las amara no las forzaria a estar conmigo. Y sufro pero cada día amo a una distinta.
ResponderEliminarLo prometido...
ResponderEliminarHe visto esta mañana
a olímpicos atletas
medir sus papirolas
en los bosques de Atenas;
jugadores de Atlanta
por las piedras que han visto
al oráculo en Delfos;
responde, Rosa China,
qué te da más placer:
¿la lectura de un haiku
o el Dante en su Comedia?
¿El Arte de la Fuga
de Bach, el inconcluso,
o la Sonata Treinta
de Beethoven, el sordo?
¿La pintura de Goya
o mi Frida en su Khalo?
¿el uso de tus botas
de enorme caña alta
o el celeste zapato
de princesa dormida?
¿El soberbio foulard
de Duncan moribunda,
o el pequeño pañuelo
que arrebata tus penas?
responde, Rosa China;
¿Quién venció en la pelea
de Goliath el gigante
y el David pendenciero?
¡David venció a Goliath! ¡Claro!
ResponderEliminarBuenísimas respuestas de Cassandra...
Cursos no! Te lo pido, no! si no te sale, espuès e haber probado todo tu repertorio, pregùntale a tu novio, que para eso es tu novio, què es lo que lo seduce. Tal vez ambos se sorprenda....
ResponderEliminarNo leí el escrito, no me interesó. Me quedé viendo la foto y tocándome.
ResponderEliminarMe gustó esta esquizofrenia. Los contrarios, esos que nos asedian desde algún lugar ignoto. Desde que estuve en Delfos, me traje el gusto por todo. Mala cosa y buena vida. Esa es la ventaja, querida Perséfone.
ResponderEliminarCiertamente... un blog que pienso seguir en lo sucesivo. Me ha gustado mucho este primer texto que he leído, lo haré con más en lo sucesivo ;-9
ResponderEliminarsaludos de ultramar!
Babilonía es tan extensa que cuando uno lee,no ve a Dios,pero sí sale de aquí deseando conocer a la mitad de eso o mejor que eso,un buena descarga de placer. Genial perséfone,vendré a leerles siempre. Makeda.
ResponderEliminarOh Cassandra, has realzado mi papirola
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