No corras. No intentes alcanzarme.
El cuerpo es lo último que se retira.
Si lograras tocarlo,
tocarías la sombra que dejó a su paso,
una sombra vacía y ya,
desde el principio de la huida,
sin cabeza.
Imagen: Homo sapiens sapiens (2005)
Video-Instalación, Pipilotti Rist.
Sombra que huye inalcanzable y sin cabeza. Sombra rota... Me quedo presa de ti.
ResponderEliminarUn abrazo
Jo....HERMOSO. (te echo de menos).
ResponderEliminarsombra acía de un cuerpo en huída, qué maravilla....
ResponderEliminarDe manera, que casi siempre, lo único que tocamos es tu sombra...
ResponderEliminarTal ve, lo mejor es no correr. Ella nos quiere.
ResponderEliminarcuantas sombras vacias tocamos o sentimos,y creyendo que son sólidas.
ResponderEliminarBueno, llego y encuentro como una especie de secta. Pero me animo igual, porque me gustó el poema. Saludos.
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