y ahora qué podré comer que no sea mi pelo sí y el bucle cerebral
que se agota y se asfixia reteniendo tu aroma y ahora qué podré
que se agota y se asfixia reteniendo tu aroma y ahora qué podré
hacer que no sea comerme la mano que voló tus puentes
que cavó que se rindió a tu furia que perdió sus dedos
pasando como cartas bajo las puertas de tu reino
y ahora qué mi boca te la di no está se fue
ella es tu delicado triángulo invertido
tu concedido triángulo isósceles
para abrir ella es tu triángulo
no quiere retirarse
no sabe no puede
despedirte
decirte
no
Foto: Francesca Woodman
Una preciosidad, realmente espléndido...
ResponderEliminarBesos
Excelente.
ResponderEliminarUn triángulo como sólo tú podrías hacerlo Perséfone,un triángulo invertido dejas en mis ojos,como decirte que no,como despedirte.
ResponderEliminarRegresas, Perséfone Regina con la geometría del sexo que triangula el instante en perfecta, tripartita, equilátera imagen que descubre por igual el Monte de Venus para él o para ella... Fuente de placer y de arcano embrujo; de perpleja y arrojada fascinación; de génesis y de mustio desencanto al agotarse la última exquisitez del último cuerpo recordado... Te abrazo.
ResponderEliminarMe imprimo esta geometría.
ResponderEliminarComo si hubiera soplado un secreto indescifrable, nos quedan tus formas.