ANUDAN EL CABO DE UNA CEREZA CON LA LENGUA

13 ene 2010

TU ESTANDARTE




Marianne vive dentro de las imágenes que cuelgan en las paredes negras del Salón de las Témperas. Como invariablemente va descalza, no necesita quitarse los zapatos para ingresar a los cuadros y fundirse con ellos de tal forma que se deshace en los colores y en las formas, hasta ser parte del soporte, hasta ser el soporte mismo. Ha dicho que Alice merece ser pintada, cuando se cuelga en el trapecio cada lunes, a las tres de la tarde. Y que quisiera perderse en los ojos de cinematógrafo de Manon. Marianne podría mutar en peca de la espalda de Ninette o en las diestras falanges ocultas bajo los guantes de Fausta.

Cuando sus clientes la reclaman, es Rolling Jenny quien, en bikini y patines, entra y comienza a girar en el Salón de las Témperas, cada vez a mayor velocidad. Cierra los ojos y señala una imagen: "Allí está Marianne", dice clavando los frenos. Entonces se acerca y susurra su nombre. Los colores tiemblan imperceptiblemente, las formas comienzan a agitarse y la imagen ondula. Rolling Jenny inclina la cabeza hacia un costado, luego hacia el otro, para asistir al brevísimo instante en el que Marianne cobra su forma real y pisa el mismo piso que sus patines. ¿Pero quién podría estar seguro de que existe una forma "real"?.

A Lucrecia H. le encanta Marianne. Y también Marianne Faithfull. No solo porque ahora en su madurez luce las perlas que asedian y acompañan a Lucrecia H., sino porque tiene bien claro que esta mujer, en sus épocas de ignífugo descontrol, le voló a varios chicos (incluido Mick Jagger) la cabeza. Y ahora juega de la mano de Polly Jean (Harvey), en una soberbia conjunción astral. Por eso Lucrecia H. musicaliza las palabras de Marianne con las de Faithfull, faithfully yielding to the elusive stirrings of Marianne.  

Soy tu estandarte.
Sigue mis pliegues, mi compás,
mi sextante. Sigue
lo que mis ojos ven,
lo que nadie advierte
en esta hora.
La oscilación levísima
de una brizna de hierba.
La huella insomne del lobo
en la hondonada.
Haz de mi cuerpo
tu patria irrenunciable.
Y de mí, lo que quieras.
Me dejo hacer.
Clávame la estocada
que me impulse a seguir,
a reír, a morder, a romper
el reloj detenido de tus vacilaciones.
Te pido que te vacíes en mí,
para ser completo.
Exígeme que lo reciba todo,
para no vaciarme.
No diré basta. No me retiraré.
Quiebro la lógica de tus ecuaciones.
Desátame los nudos de la sien.
Si nos quedamos quietos,
que sea para mirarnos a los ojos.
Para luego atrapar
el contorno adorable de tu rostro
con el cuenco que forman
las plantas de mis pies.

Conduzco tus ejércitos altivos.
Extraviados, exhaustos.
Vienen detrás de mí,
narcotizados. Sedientos.
Beben las hojas de mí,
estas bifurcaciones de mí.
Soy su mandrágora.
Hay que soltar a los muertos,
hay que dejarlos ir.
Vibra en las cuerdas
irredentas
de mis venas.
Redímelas de tanto hastío
imperdonable,
tanta traición urdida
sin mojarse en el mar.
Conságrame un altar
de flores lúmpenes.
Dame tus escaleras
para avistarlo y trepar
y creer y soñar y ser más alta,
aun más alta y valiente
que mí misma.




Pintura:    La libertad guiando al pueblo
                     Eugene Delacroix, 1830

Música:   The Mistery of Love
Canta:     Marianne Faithfull
Escribe:  P. J. Harvey

11 comentarios:

  1. Hoy soy tu estandarte y tu compás,
    mis pliegues tu sextante;
    esos ojos que ven y nadie advierte
    la huella insomne del lobo;
    una brizna de hierba frente al viento
    en la hondonada: mi cuerpo
    tu patria secular y lo que quieras;
    sé tu mi estocada franca
    de risa y fiesta hasta morder, rompiendo
    el horario de tus vacilaciones.

    Exígeme el vacío, plenamente;
    jamás yo diré "basta" hasta que calmes
    tus tristes dudas sobre mí;
    desata, con pulso, los nudos firmes
    de mi sien, cuando esté quieto
    para mirarte, firme, hacia los ojos;
    bebe las hojas de mí, bifurcaciones
    tan resueltas de tu ser,
    con el reto adorable de tu rostro,
    en el cuenco finito de mis plantas.

    Llevaré tus ejércitos altivos,
    tan cansado y tan triste como soy;
    ven tras de mí, esa hora firme,
    narcotizada y leve;
    soy tu hechizo, las cuerdas irredentas
    de mis venas de hastío imperdonable,
    un dolor, una traición urdida
    sin mojarse en tu piel;
    conságrame un altar celeste, impuro
    de la flor tan soñada de tu cuerpo;
    tiende ya una escalera
    para recorrer, trepando más allá,
    considerarme alto;
    aun más alto y valiente que mí mismo.

    Besos para Babilonia

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  2. Me quedé pensando, el otro día, en los "independentismos". En que medida quisiéramos ser libres si presos nos sentimos protegidos.
    Quién no quisiera vaciarse en su "patria" sin condiciones ni renuncias y saber que, no paradójicamente, esa patria irrenunciable e incondicional te devolverá con creces "tu fe" en goces inigualables. Besos totales.

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  3. malditos independentismos... si me impiden quedarme presa de vez en cuando (más de vez que en cuando, y menos veces de las que debería).

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  4. Libertad, Igualdad, Fraternidad, en la vida y en la alcoba. Ese estandarte se clava como espina en cada una de nuestras conciencias. Còmo me gusta la Faithfull!

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  5. El juego de narración,poema,música,pintura,es una bomba para los sentidos,no hay forma de no quedarse sin mirar cada parte,cada escondite de la palabra. Me gusta tu trabajo,Gracias por la visita y yo estaré pendiente de Babilonia. Un saludo Makeda.

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  6. Algunas músicas, tienen el poder de la fascinación. La elección de la misma, denota que un ser inteligente se encuentra detrás de este sabio ofrecimiento.

    Mis felicitaciones, VICHEANDO, llegue hasta acá y si lo permites seguiré.

    Aun no leí la entrada, esta debe hacerse en el momento idóneo, que ahora para mí aun no es.

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  7. Amadísimo Variopaint: Te declaramos el reverso exacto y necesario de Babilonia. Casi no existiríamos si no nos vampirizaras deliciosamente.

    Pulgar-hombre-del-mes: Tu reflexión es adorable. ¿Libres de qué? Presas del goce, presas de la geografía sensorial, presas de los estímulos y de las patrias que, haciéndonos sus prisioneras, nos liberan.

    Lanita-adorable-Anita: Muchos cuandos y muchas veces. Y a la mierda el independentismo que nos fosiliza y no permitiría que tu pelo se mueva, así.

    Chere Laura: Cómo nos gusta la Faithfull. Cómo nos gusta la Polly Jean. Cómo nos gustas vos.

    Querida Makeda: Hemos recorrido todos tus comentarios. Estamos a tus pies. Te buscamos, te elegimos para que vinieras a Babilonia. Acabamos de darnos cuenta de que tu foto de perfil (estrepitosamente bella) es hermana de la nuestra Asia Argento, aquí al costado. Esa sangre es vida derramada.

    Querido Pedro: Esta casa es tuya. Sí que la música nos define. Y cuánto. Hay amantes a los que les decimos que no, aunque nos ofrezcan un castillo rumano (nos encantan), porque les gusta ... no sé ... Julio Iglesias. Y eso que somos muy abiertas (de piernas, sobre todo). Te esperamos y te seguiremos. Estuve en Huelva en mi adolescencia. Amé esa ciudad.

    Inclasificable René Orlando: Gracias a vos. Hay que montar un cabaret en Wikigasta. Un Lado B de Wikigasta, con encuentros inconfesables. Seguimos atentamente tu novela (aunque para nosotras la línea entre ficción y realidad está esfumada, muy esfumada).

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  8. Estimada Perséfone, hay mas cosas entre la línea de la ficción y la de la realidad de las que te podés imaginar. Un abrazo.

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  9. Naufrago sin balsa ni bandera
    perdí la Patria
    y no creo en las musas ataviadas de sirena.

    Sólo piel sobre la piel
    hará posible levantar las velas
    buscar en el territorio de tu cuerpo
    que el tiempo detenga
    las grietas de mis años.

    Se mi Patria de húmedas victorias
    donde tu sextante marque la ruta
    fuera de este mar de afanes dilatados
    se destino y principio
    que tengo un altar con flores libertarias
    ejército de polen y color.

    Que se vayan los muertos con sus vidas
    bajo el hechizo de tu nombre.
    Sube la escalera de mi balsa
    que está repleta de caricias
    para llenar los pliegues de tu historia
    y vamos a colmarnos de nosotros
    hasta la puerta de Babilonia misma.

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  10. Perséfone, he navegado hasta esta Babilonia para pedirte estas letras a trazos de este náufrago de segunda para publicarlas en la balsa que me lleva. Quiero estandarte que me lleve a las batallas y traer un ejército de suspirantes, otros navegantes que pisen la tierra firme de Babilonia y sus hetairas.

    Ya las llevo de polizón en mi barquito (es de nuez, pero sabe la ruta de estos mares).

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