
Nos preguntamos si nos ataríamos.
O si lo haríamos desatados.
Consideramos que no había diferencia.
Por las dudas escondí una tijera y una soga.
En el bosque.
Pero una de las dos está de más.
Foto: Jan Saudek, The Tiara, 1972.
No corras. No intentes alcanzarme.
El cuerpo es lo último que se retira.
Si lograras tocarlo,
tocarías la sombra que dejó a su paso,
una sombra vacía y ya,
desde el principio de la huida,
sin cabeza.
Imagen: Homo sapiens sapiens (2005)
Video-Instalación, Pipilotti Rist.
Puse la cama a salvo de esta vegetación
que fácilmente podría devorarme.
Suelo dejarme ir
ante la cópula estática de las mariposas,
ante los círculos tristes del insecto extraviado.
El crecimiento de la hierba es un lentísimo péndulo.
La tierra entera es el único terrario
aceptable.
No he aprendido a distinguir los reinos.
Respetaré tu derecho a temer.
Tu impaciencia, tus propias hipnosis.
Dejo la cama colgando de mi pie,
fuera del río.
Quién se atreve a decir que volverá.
Quién puede asegurar
cuánto te esperará esta noche.
Imagen: Homo sapiens sapiens (2005)
Video-instalación, Pipilotti Rist.
En la foto: Scarlett Johansson.
Al fin de la ascensión en singular
donde todo ha sido puesto en juego
soy la niña perpleja y reclamada
por todos los colores de todos los sexos.
En mi boca madura una manzana.
En mis ojos de lago piden pista
las estrellas fugaces.
Yo las dejo venir a mí.
Yo no puedo ni quiero decir que no.
Cuelgan del pico de los pajaritos,
del pico de las pajaritas,
del pico de los pájaros de alas duplicadas.
Los pasajeros en tránsito del arco-iris
pasan la noche bajo mi sombrero.
Foto: Irving Penn.
Estrangulada
por la visión del cable telefónico
pedí a tu lengua la máxima inclemencia.
Le pedí alcohol en el tajo sin sutura,
surf al pie del abismo.
Más de lo mismo, no. Pero no estabas.
Mis dedos detectives en la urgencia
recolectaron flores narcotizadas,
picos de alpinista, la sombra
de una intrépida escafandra abandonada.
Todo chorreaba y era de colores.
Con los colores me froté la boca y al revés.
Mi boca de mujer sorbiendo el precipicio.
Un caramelo hijo del desquicio
es esta boca de nena con crayones,
con frutas, con plumas y con dones
que el agua de la ducha
aquieta, apaga y deshace,
limpia y empuja a correr.
Foto: Irving Penn.
Yo tenía un vestidito precioso.
Con una falda llena de volados,
uno sobre otro, uno sobre otro,
como escamas de pez,
como puertas de niebla,
como imprevisibles cortinados.
Viniste y lo rasgaste todo,
lo manchaste, lo arrugaste.
Malo.
Ahora tenés que volver
a coserlo y plancharlo
sobre mí.
Es que yo no quería caer (mentira).
No quería seguirte (otra mentira).
Ya antes de caer había comenzado
a flotar (esto es cierto),
a disfrutar la ley de gravedad,
a sintonizar tus ojos centrípetos.
Bueno, bueno.
Pero qué bueno es caer
en el abismo de la selva.
Uno ya ni se acuerda de quién es.
Pero podría seguir tu pista
con mis zapatos con lazos de seda,
con tacón, con determinación
de cachorra asediada
por el hambre (de vos).
Estoy en Hungerland.
Así que no me esperes escondido
en la república solitaria de los hongos.
Hay mejores venenos.
Mi nuevo vestidito
no encuentra su lugar
en esta casa.
Esta casa no alcanza
a contener el pulso
de mi cuerpo.
Fotos: Annie Leibovitz.
Natalia Vodianova con Olivier Theysenks, Tom Ford y Marc Jacobs.
Natalia Vodianova by Helmut Lang.
Romance & Cigarettes, John Turturro, 2007.
James Gandolfini - Kate Winslet
Kate se deja invadir por Ute Lemper.
Ute canta en la boca de Kate "Little Water Song",
escrita por Nick Cave.